miércoles, 5 de septiembre de 2007

Racionalización de la suerte


Era de noche y confundió el camino, las copas durante el partido y los porros después le habían nublado las ideas y tenía que ir despacio, pues las luces de la carretera y los edificios de alrededor, se juntaban formando sinuosas líneas que le mareaban y le confundían para continuar. El capullo del BMW no paraba de arrimársele y la gente parecía ir lentísima, arranca ya! Un cigarro medio consumido yacía desde hacia minutos en su mano aún cuando estaba pensando que mejor fumarse un piti para despertar. Hacía minutos que iba en el coche y aún no había encendido la radio, cuando por costumbre, es lo primero que hacía en el día justo al subir. Sintiendo ésa culpabilidad inexplicable de cuando iba morado, cerró las ventanas, para que los cristales le protegieran de las miradas ajenas, que aunque ven igual parece que no les llamas tanto la atención. ¡Otra vez ese sudor frío, tranquilo! Si no pasa nada, tú abre los ojos que no pasa nada. ¿Era eso un sitio libre? ¡Ya estaba en casa, él controlaba la situación! ¡Eso de no poder beber cuando conducía, no era para él! Al menos no esta vez…

1 comentario:

Omar dijo...

Eiiiiii!!

Sóc el primer en deixar un comentari, no? A que fa ilu? :o)

Està bé la història!! Una mica "uiuiui" mentre la llegia, però happy end! :o)

Per cert, el personatge que dibuixa el 6 als daus sembla el Bruno trucant-los... ;o)