lunes, 20 de abril de 2009

El Viaje (Parte 5)

Miguel tardó exactamente 12 minutos en llamar al timbre. Le oí subir corriendo por las escaleras Llegó todo rojo y congestionado, parecía muy nervioso.
- Hola Miguel, como estás?
- Em..bien, bien...
- Esta es Julia- dije señalándola- es una de nuestras mejores amigas.
- Em..Hola.., encantado
- Encantada- dijo Julia ruborizándose un poco, realmente el chico era bastaante mono.
- Julia es informática y ha venido para ayudar. Pasa a dentro y te cuento.
Una vez en el sofá y con una copa en la mano le conté lo que yo sabía de los billetes y del sobre en la puerta. Le enseñé el CD y le expliqué lo que habíamos averiguado sobre la dirección, o sea nada. También le enseñé el papelito con el número y la perla. A él tampoco le sonaba de nada ni el número ni la dirección de correo.
- Creo que ha llegado el momento de llamar a la Policía, - sentenció, cual artista de Hollywood en una peli yankee, - aunque puede que no haya pasado nada grave, son demasiadas coincidencias como para dejarlo pasar....
Miguel en el fondo tenia razón...aunque a mi me jodia tener que confiar con el cuerpo policial. Con todo el respeto del mundo pero mis experiencias con ellos siempre han sido bastante negativas y tensas y no me inspiran ningún tipo de confianza ni desde luego buen rollo.
Llamamos al 091 y explicamos (sin mencionar nada de sobres ni billetes, habíamos convenido que seria lo mejor) la situación. Dijimos que nadie sabía nada de ella desde este mediodía y que estábamos muy preocupados. Nos dijeron que hasta que no hiciera 48 horas desde la última vez que la vio alguien o habló alguien con ella, nada podían hacer....Perfecto!! Esa eficacia y preocupación por el prójimo siempre les caracterizó.
De repente sonó el teléfono, era Paula la hermana de Claudia.
Llamaba preguntando por Claudia, su padre se marchaba por la madrugada de viaje de negocios a Brasil y quería despedirse de ella, pero no la encontraba. Le dije que Claudia se había dejado el móvil en casa y que había salido con gente del trabajo, la verdad es que no la quise preocupar, aún. Le dije que si volvía pronto le diría que llamara a su padre, sino se llamarían al día siguiente.
Después del intento frustrado de obtener ayuda de la policía decidimos que lo mejor era irnos a dormir. No podíamos hacer nada si no esperar y eso lo podíamos hacer durmiendo. Les ofrecí que se quedaran allí pero rechazaron los dos...eran mas o menos las 3:00 cuando se fueron y la casa se quedo en silencio.
Dormí poco y mal, ya que me tuve que levantar varias veces a comprobar si Claudia había vuelto...pero no fue así...al final quedé profundamente dormida, dejándome arrastrar por sueños borrosos y extraños.

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