sábado, 10 de abril de 2010

va de pelis?


A veces creo que cuando un suceso ocurre en el transcurso de otro de gran afectación emocional, el recuerdo del primero puede evolucionar y perdurar en nuestra mente de dos maneras muy distintas: o bien el primer suceso queda totalmente enterrado en nuestra memoria más profunda, acorde con el sistema de "ahorro de energía" propio de nuestra memoria o bien se recuerda de una forma especialmente emocional, cuasi mágica.

Pues bien, en mi caso, hay una serie de películas, especialmente visionadas en mi más primera infancia, cuando mi vida se asemejaba más a una película dramática de serie B tipo: "padres quieren mucho a hija, padres que se divorcian, hija se pone muy enferma, hija puede morir, padres volcados emocionalmente pero suficientemente inteligentes como para mantener una normalidad, moralejas mil etc...", que recuerdo visionarlas con una asiduidad enfermiza (hablamos de más de 30 veces)y que aún sin saber porque las guardo muy adentro, forman una red más de los muchos otros filtros de la realidad que componen el color del cristal con el que miramos a fuera y que compone esto que llamamos "uno mismo".

Una de las cosas que más me fascinan es el tipo de decisiones que se toman cuando uno es pequeño (antes de los 10) el tipo de cosas que elegimos: ese juguete si, este no, este amiguito si este no,este libro si este no etc... en definitiva: esto me gusta, lo quiero, o esto no.

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